A partir del próximo 1 de abril se pondrá en marcha un nuevo sistema
de fijación de precios de la electricidad, que pondrá fin a las
polémicas subastas eléctricas. Un nuevo sistema que contemplará
distintas opciones de facturación y diferenciará al consumidor según si
dispone de un contador inteligente o si, por contra, tiene un contador
analógico.
La principal medida anunciada por el Ministerio de Industria es la posibilidad de facturar por horas a los clientes que cuenten con un contador inteligente, poco más de un millón de consumidores. Eso sí, todos los contadores analógicos tendrán que ser retirados antes de que concluya 2018. las distintas opciones seran
- - Contratos bilaterales: los consumidores domésticos podrán firmar contratos bilaterales con las empresas comercializadoras, una opción que ya existe actualmente aunque es utilizada "por muy pocos" ciudadanos. Según ha explicado Soria, este tipo de contrato bilateral entre consumidores y eléctricas para determinar el precio de la luz ya existe, pero apenas se utiliza, al menos por parte del pequeño consumidor doméstico, ya que algunas empresas sí recurren a esta fórmula.
- - Contrato estándar: los consumidores también podrán acogerse a un "contrato estándar" con una tarifa fija para un periodo establecido, probablemente de un año. Las eléctricas estarán obligadas a tenerlo a partir del 1 de abril para todos aquellos consumidores que quieran acogerse al mismo.
- - A precio de mercado: la tercera posibilidad es pagar "estrictamente" la energía consumida a precio de mercado. En caso de tener un contador inteligente, que discrimina por horas, se aplicaría el precio de cada momento a la energía consumida a lo largo de un mes. De alguna manera tendrán una tarifa diferente cada hora.
Si se elige el sistema de facturación por horas, Soria ha indicado
que, como el precio de la electricidad varía cada hora, habrá días por
los que se pague más y otros por los que se pague menos, pero ha
insistido en que lo importante es que, sumando todas las facturas del
año, el coste para el consumidor será inferior.
De esta forma, el ministro ha explicado habrá tres modalidades
distintas para facturar la luz que evitarán la volatilidad de las
subastas, que han supuesto un coste para los consumidores de unos 1.100
millones de euros desde 2009, a razón de unos 270 millones de euros
anuales.
Al no existir subasta, el coste de intermediación se eliminará, por lo que los consumidores no tendrán que asumirlo.
Fuente: El Economista.
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