El “certificado de eficiencia energética”, que tendrá una validez de diez años, es un documento que describirá lo eficaz que es una vivienda en cuanto al consumo de energía. Hasta ahora en España sólo se exige un documento semejante para los edificios de nueva construcción – o grandes rehabilitaciones – pero Europa obliga a que este certificado lo posea toda vivienda que salga al mercado, tanto en venta como en alquiler y tanto si es nueva como si es de segunda mano.
Así, a partir de la entrada en vigor de la nueva normativa, el 1 de enero de 2013, todos los propietarios que deseen vender o alquilar su vivienda deberán tener disponible para el comprador o inquilino este certificado. Quedan excluidos los edificios y monumentos protegidos, los utilizados como lugares de culto o los edificios de viviendas que sean objeto de un contrato de arrendamiento por tiempo inferior a cuatro meses al año, entre otros.
La etiqueta clasifica cada inmueble con un código de color según una escala que va de la categoría “A” (la más eficiente) a la “G” (la menos eficiente), similar al que ya se utilizan en las viviendas nuevas o en los electrodomésticos.
Aún no se sabe con exactitud cuánto puede suponer el coste de este trámite, pero si es similar al de otros países estaría en torno a 250 euros para un piso de 100 metros cuadrados. Habrá que tenerlo muy en cuenta, no sólo para indagar dónde nos va a salir más barato, sino para tomar las medidas oportunas de ahorro energético que nos ayuden a vender o alquilar con más rapidez nuestra casa.
Fuente: energias-renovables.com
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